- ¿Qué tan común es recibir pacientes con enfermedades nefrourológicas en la clínica diaria de perros y gatos?
Las patologías renales son muy comunes en amba especies pero especialmente en gatos.
Son enfermedades que se dan en adultos viejos aunque también pueden presentarse como enfermedad congénita en jóvenes. Los gatos tienen una mayor prevalencia de enfermedad renal que hace que sea un motivo de consulta común en la clínica diaria. Por el otro lado, las enfermedades urológicas más comunes en el perro son las litiasis y las infecciones urinarias mientras que en el gato las más prevalentes son las enfermedades idiopáticas ya que están vinculadas al estrés y tienen una variedad de presentaciones.
- ¿Cómo se deben abordar este tipo de enfermedades?
No debemos abordar las enfermedades de perros y de gatos de la misma forma sino que se debe hacer de forma individualizada porque las fisiopatologías son totalmente diferentes. Podemos cometer el error de tratarlas de la misma forma pero tienen un comportamiento y origen totalmente distintos por lo cual se deben atender de diferente forma.
- Particularmente sobre los riñones ¿a qué le debemos prestar atención a la hora de realizar un tratamiento?
Hay que tener presente que los riñones tienen un rol central en mantener la presión arterial, los líquidos y los electrolitos corporales y que, por esa interrelación con otros sistemas, en ocasiones puede haber enfermedades en otras partes del cuerpo que repercutan en el riñón. Es muy común que los pacientes con enfermedades endócrinas o cardiológicas, infecciosas, inmunológicas tengan alguna forma de lesión en el riñón y eso a veces no es tan tenido en cuenta por el médico veterinario. El principal objetivo es reconocer los marcadores precoces de lesión renal para poder diagnosticar la injuria en un período más temprana y enlentecer su progresión.
- ¿Cuáles son los errores más comunes que se pueden cometer en la clínica diaria con este tipo de pacientes?
Uno de los errores más comunes es creer que lo único que se puede hacer es planificar una fluidoterapia o dar una dieta y no ir a buscar las causas de base o comorbilidades o factores de riesgo. Otras veces, en determinadas circunstancias, cometemos un error cuando evaluamos un paciente en una crisis urémica y sin esperar la evolución necesaria elaboramos un pronóstico cuando, por ahí, el paciente sale de esa crisis y sobrevive mucho más tiempo. La realidad es que cuesta saber el momento exacto para elaborar un pronostico malo o bueno por lo cual, no debemos adelantamos a dar un mal pronóstico cuando todavía tenemos herramientas para mejorar la condición del paciente. En cuanto a las enfermedades del tracto urinario bajo, a veces se comete el error de no se utilizar todas las herramientas disponibles para acercar el diagnóstico
- ¿Sobre esto trata el curso que vas a brindar? ¿Con qué herramientas querés que se vayan los veterinarios y veterinarias que participen?
Los tres temas que se van a abordar son importantes, muy comunes en la práctica, motivo de derivación y son un desafío diagnóstico que teniendo tres o cuatro rutas diagnósticas básicas el clínico los puede resolver. El objetivo es brindarle al profesional herramientas prácticas que pueda aplicar al otro día en su consultorio. Vamos a enseñarles como pueden elaborar un diagnóstico a partir de la signología del paciente. Sabemos que todo el tratamiento parte de un buen diagnóstico, es el punto clave y, en base a eso, vemos qué alternativas terapéuticas tenemos. También voy a compartir mi experiencia, con los errores que he cometido porque de los errores se aprende y es bueno poder trasladarlos para que a otro le sirva y no los repita.
ACTUALIZACIÓN EN NEFROUROLOGÍA
Clase 1 – Martes 21 de noviembre: Mi mascota orina con sangre. ¿Cómo se llega al diagnóstico?
Clase 2 – Martes 28 de noviembre: ¿Qué significación clínica tiene el hallazgo de proteínas en la orina?
Clase 3 – Jueves 30 de noviembre: El paciente con poliuria y polidipsia, metodología diagnóstica.
