¿De qué va a tratar el curso que vas a dictar en el mes de octubre?
Voy a hablar sobre las herramientas mínimas y necesarias para cualquier clínico que maneje a un paciente con una lesión osteoarticular u ósea.
¿Qué debe hacer un clínico cuando recibe este tipo de paciente?
Lo fundamental es evitar que fracturas simples se vuelvan complejas. Para hacerlo, lo primero que hay que hacer es evaluar cómo hacemos el manejo y la estabilización del paciente. Puede ser que tengamos una fractura simple o un cuadro más complejo con politraumatismos. Antes era común cuando llegaba un animal con una fractura derivarlo al radiólogo, hoy ya no se hace. Sabemos que primero hay que estabilizarlo, manejar el dolor y, después, hacer los estudios complementarios de la lesión y del resto del paciente. Lo importante es aclarar que no debemos abocarnos a una fractura sin evaluar el resto del paciente
¿Cuáles son las lesiones más comunes que se reciben en una clínica de pequeños?
En el caso de los caninos las lesiones más frecuentes son por ataques o peleas entre perros e incidentes de tránsito, con grados variables lesiones en tejidos blandos y duros.
En el caso de los felinos también se presentan con lesiones por ataques de caninos, y en las grandes ciudades, donde hay edificios altos, las son lesiones más comunes son por caída de altura (Síndrome del gato volador).
¿Cuál es la diferencia entre perros y gatos a la hora de tratarlos?
Son dos especies totalmente distintas y, a su vez, dentro de los perros tenemos razas con tamaños extremos como un gran danés y un chihuahua. Los perros chicos tienen un umbral de dolor muy bajo mientras que otros tienen más alto. Entonces, a los perros grandes con un manejo básico de analgesia puede alcanzar en cambio, en los pequeños, tal vez primero haya que enfocarse en el dolor y, después, inmovilizar la fractura.
Por otro lado, en general, a un perro es más fácil manejarlo con alguna fractura mientras que el gato es más complejo. Al perro le podemos abrir una vía y administrarle un anestésico endovenoso, una dosis baja, para poder manejarlo sin que tenga dolor ni que nos muerda mientras que el gato es más difícil de que se quede quieto y su manejo es distinto.
¿Cuáles son los errores más comunes que se deben evitar?
Muchas veces nos centramos en la lesión y no evaluamos el resto del paciente. Me ha pasado, en el año 2005, recibí una gatita negra que tenía una fractura, la revisé y consideré que estaba bien, entonces la sedé, le hice el vendaje y cuando terminé de hacerlo la gata había fallecido. Entonces, había algo más que yo no lo vi, por la inexperiencia o el apuro por querer manejar la fractura y eso me llevó a perder al paciente. Eso me quedó marcado, por eso, en las charlas trato de hablar sobre ese tema.
¿Es importante saber manejarse con los dueños de los animales?
Si, es muy importante y muchas veces cometemos errores en la información que le brindamos al propietario. Sucede que queremos tratar de hacer la situación menos grave de lo que en realidad es y complicado el paciente después fallece, la gente se enoja. Es fundamental ser bien claro y conciso a la hora de explicar qué es lo que se le va a hacer. Explicar qué es lo que hacemos, qué esperamos como evolución, cuáles son las posibles complicaciones, entonces la gente ya sabiendo eso los conflictos son muy pocos.
¿Tuviste casos de animales que sufrieron maltrato?
Si, me pasó una vez con un perro mestizo de ovejero alemán, que venía con una lesión cerca del ano. El perro llegó a la consulta moviendo la cola y, con el paso de las horas, fue desmejorando. Hicimos una ecografía y vimos que había un derrame en abdomen y tórax, pero no teníamos ningún antecedente y la gente no nos decía nada. Luego, el perro fallece e hicimos la necropsia, vimos que esa lesión detrás del ano también afectaba el abdomen, perforó el bazo e ingresó al tórax. Entonces entendimos que le clavaron un Hierro y eso generó una hemorragia que le causó la muerte. En ese momento no hicimos la denuncia (año 2005), pero si hablamos con los dueños con la evidencia que teníamos y nos dijeron que se había caído de un techo de cola arriba del fierro. Algo que, obviamente, era mentira. Son cosas que uno no puede entender y es muy importante que ahora haya cambiado, se le dé más importancia y tengamos más herramientas para evitar que estas situaciones sucedan. También hay que decir que el maltrato animal no solamente es golpear a los animales, sino también el que no lleven a tiempo a la veterinaria. Pasa a diario que a un perro atropellado renguea dos o tres días y después lo llevan al veterinario. En esos casos, a la gente le digo que se imagine fracturarse una pierna y estar tres días hasta ir al hospital y, por otro lado, siempre le indico al veterinario que inmovilice el/los miembros antes de realizarles las radiografías.