M.V. Pablo Meyer: “Las cirugías fáciles no existen”

¿Por qué decidiste especializaste en cirugía para pequeños animales?

En el comienzo de mi carrera fui ayudante de Victor Cairoli, Rodolfo Bruhl Day y Juan Mangieri, personas que me cambiaron la vida y son como mis padres quirúrgicos. Estábamos a fines de la década del 80, una época donde era impensado vivir solo de la cirugía, y ellos empezaron a marcar un rumbo. Soy de esos veterinarios a los que no les gusta mucho la clínica entonces me dedique a seguir el camino de la especialización que ellos iniciaron. Fue un camino largo, arduo, con una curva de aprendizaje intensa y donde cada cirugía es un nuevo reto y siempre hay que estar preparados para superarlo.

¿Qué experiencias que hayas vivido en un quirófano podes compartir con la comunidad de IntelVet?

Tuve muchísimas, pero las que más me marcaron fueron aquellas donde recibimos pacientes desahuciados. Varias me tocaron al inicio de mi carrera donde tuve que definir situaciones de vida y tuve la suerte de que me haya ido bien. Siempre agradezco la formación que tenía en ése momento para poder resolver esas situaciones de una buena forma. Después, algo que me llena de orgullo es ver que otros colegas replican procedimientos “inventados” por mí — lo menciona con mucha humildad —.

¿Cuáles son esos procedimientos?

En realidad lo que hice fue unir conceptos quirúrgicos conocidos y aplicarlos en situaciones nuevas. En una oportunidad recibí un felino al que había que hacerle una eutanasia porque estaba con un abocamiento de la uretra a la panza, con la piel en mal estado; Su orina iba a seguir saliendo por ése lugar y lo que necesitaba era un territorio de mucosa para no lastimar la piel. Entonces pensé: si podemos hacer una vejiga con intestino ¿por qué no podemos poner el intestino directamente en la piel para brindar confort a un paciente que no podía orinar?. Hablé con la propietaria para proponerle el procedimiento y le expliqué que no se había hecho nunca. Ella aceptó, la realizamos y funcionó. Como algo novedoso, tuvo avatares en el camino pero fue replicada varias veces por otros cirujanos y siempre anduvo bien.

Otro procedimiento novedoso que realicé fue cuando tuve que exponer el tórax de un perro al exterior, no fue una invención sino una extrapolación de lo que se hacía con cirugías de próstatas en quistes plurales. Fue llamativo para mis colegas ver por los pasillos pasar a un perro con el tórax abierto, pero teníamos la ventaja de que los pulmones estaba debajo de un paquete pleural envuelto y eso nos facilitó el trabajo.

Se trata de situaciones donde se debe asumir muchos riesgos, ¿cómo se maneja frente a ellas?

Algo que aprendí de un anestesista y que siempre repito es que cuando uno se embarca en una situación, de cualquier tipo, donde hay que asumir un riesgo lo debe hacer con todo el equipo a bordo. Si nos subimos al barco nos subimos todos juntos: propietario, anestesiólogo, cirujano, equipo quirúrgico, y demás; y si nos sale mal nos hundimos todos, sin echar culpas, y, si sale bien, celebraremos todos por el buen trabajo realizado.

Saliendo del quirófano, ¿qué relación lo une con los mamíferos marinos?

La verdad es que soy un biólogo frustrado. De joven quise estudiar la carrera pero no lo hice porque tenía demasiada matemática y los veterinarios no nos llevamos muy bien con eso. Por suerte, en un momento de mi vida pude volver a estudiar sobre mamíferos marinos y, actualmente, viajo a la Península de Valdés no menos de dos o tres veces por año. Allí realicé distintos trabajos de investigación, como por ejemplo, sobre lobos marinos asociados a traumas; proyectos de foto identificación de daños cutáneos por distintas patologías o traumas en orcas, entre otros. Creo que los veterinarios deberíamos involucrarnos más con estos animales porque tenemos mucha incumbencia en la fauna marina, pero nosotros dejamos que otros profesionales ocupen el lugar que es de los veterinarios.

¿Por qué se dedica a la docencia?

Porque considero que la veterinaria es la mejor profesión que existe, más allá de los avatares que podemos pasar ejerciéndola, y parte de mi formación es brindarle a otros lo que yo aprendí. No tiene sentido llevarse a la tumba los conocimientos adquiridos y, además, ver que colegas utilizan datos que uno les brindó y eso les ayuda a salvar vidas o a mejorar la calidad de vida de sus pacientes, en este momento de mi vida, es lo que más me llena.

¿Con qué se van a encontrar los veterinarios que participen de la capacitación que brindará en septiembre a través de IntelVet?

El curso lo vamos a dictar junto a Pablo Pérez Jiménez y María Verónica Vitale, somos tres  cirujanos con muchos años de trayectoria realizando desde las cirugías más rutinarias hasta las más complejas, y en el curso les vamos a hablar sobre nuestra experiencia, sobre lo que hacemos día a día, con lineamientos de técnicas a desarrollar, casos con fotos y videos, siempre con el micrófono a disposición para opinar o preguntar para debatir.

Una de las cuestiones que más repetimos es que las cirugías fáciles no existen, desde el momento en que se duerme un paciente y corre riesgo su vida, nada es fácil. Nosotros, trabajando a nivel hospitalario, vemos que la mayor cantidad de complicaciones post quirúrgica que recibimos provienen de cirugías mal llamadas “fáciles” y no tanto de las más complejas. Por lo tanto, en la capacitación brindaremos herramientas para que al colega clínico que tenga que intervenir en una cirugía, se le haga más fácil su trabajo. Podemos hacer que las cosas sean más sencillas y, de esa forma, cada colega pueda brindar a sus pacientes la mejor atención posible.

Los esperamos a todos los interesados en la capacitación. A nosotros nos encanta que participen, que opinen, que se generen debates e intercambio de ideas porque de esa forma aprendemos todos y podemos contribuir a mejorar nuestra profesión.

INFORMACION DEL CURSO